«Un amigo de verdad se integra en tu cuerpo de tal modo que acabas necesitándolo para respirar» «¿Puedo ir a jugar a tu casa? ». Esto es lo que a los siete años le dice Lucía, que acaba de perder a su madre, a Eva, una niña que disfruta de la típica familia de los años setenta.A partir de ese momento, las dos, muy diferentes pero unidas por un cariño a prueba de bomba, comparten la infancia, la adolescencia y la juventud, hasta que cumplen los cuarenta y sucede algo que da un giro radical a sus vidas.
1 comentario:
Para empezar el título ya me gusta...los besos no se gastan.....y para seguir ¿que sera lo que les sucederá a los 40?.....porque yo me quedé en los 40 ja ja.....
Tomo nota y para el verano.
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