Erase que se era, un frío día de invierno y en la humilde morada de una doncella llegó la mañana.
La doncella como cada día despertó toda la casa, no sin ayuda de sus jovenes hijos, ya que un pequeño problema de salud la mantenía en un estado de reposo.
Sus tres hijos, una niña preciosa, y dos estupendos niños, colaboraron en las tareas domésticas para sorprender a su madre en el día de su cumpleaños.
Cual fue su sorpresa al encontrarse un regalo en la mesa. Era de su apuesto caballero que con la complicidad de sus tres hijos querian alegrar ese día tan especial a su amada doncella.
Una sonrisa iluminó su cara, pero no acababan ahí las sorpresas.
Un duendecillo alegre le traía un presente muy especial, un regalo mágico que trasportaba mucha energía, suerte y amistad.
La doncella no cabía en si de gozo, tantas gratas sorpresas le habían dado la fuerza y el impulso para recuperarse.
Como no podía ser de otra manera les prometió a todos que llevaría siempre esos regalos con ella, puesto que sabía que dichas ofrendas llegaban desde el corazón, el amor y la amistad para su felicidad como talismanes de la suerte.
Y es así como la doncella se recuperó porque tenía en su poder lo mas preciado para una persona, el amor, la salud y la amistad.
BETTY BOOP
3 comentarios:
Que bonito cuento!!!
y que verdad más cierta, que sería de nosotros sin esos tres grandes pilares en nuestra vida, sin amor y sin amistad sería imposible seguir adelante sobre todo cuando nos falla la salud.
Estás hecha una poeta Betty...que cuento mas emotivo...que trata de los sentimientos mas importantes de la vida: el amor y la amistad.
Me alegro mucho de que pasaras un dia de cuento de princesas.
Querida Betty, has conseguido emocionarme con esas palabras tan bonitas. No sabía de tu facilidad para escribir cuentos, aunque cuando se trata de la vida misma es mucho más fácil escribirlos verdad?
Publicar un comentario