Un día estaba comiendo con varios miembros de su banda en un guachinche conejero y fue reconocido por un admirador que le pidió un autógrafo. Tras asegurarse la firma, el "adicto" desapareció a toda velocidad. Minutos después volvió con una guitarra y un pelotón de conocidos. "Miren, es ése de ahí", gritó, mientras apuntaba con su índice al músico con el que acabó armando una animada conversación. Aquella cita espontánea se alargó hasta la madrugada. Fito agarró una guitarra y cantó. Los instrumentos se fueron colando (amplificador, batería, más percusión y muchos cantantes, sobre todo, cantantes) misteriosamente en aquella habitación y el concierto fue total. Esa historia la podría incluir Joaquín Sabina en uno de sus discos, pero el protagonista real de aquella locura fue el líder de Fito & Fitipaldis, banda que el próximo sábado presenta en la capital tinerfeña el espectáculo "Antes de que cuente diez". Habla Fito Cabrales (1966).
MenudO lió aquel día, ¿no?
Aquel concierto más que montarlo nosotros, lo improvisó la gente que nos quería oír. Metían los instrumentos por una ventana hasta que acabamos tocando. Fue una anécdota muy divertida. Nos llevaron una batería, un amplificador, una guitarra... (y pregunta, quién fue elque te chivó esta historia).
¿Qué queda hoy de aquel Fito Cabrales? Tengo la impresión de que soy el mismo, pero en el fondo no lo soy. Nos pasa a todos. No es necesario ser un cantante de mayor o menor éxito para darse cuenta de que cuando miras fotos antiguas te resulta difícil pensar que éramos así. ¡Los años pasan!
¿Entonces, hay algo de cierto en la idea de que la fama mata a la naturalidad?
La fama es un concepto que siempre se tiene desde fuera. Para mí es un instrumento que me ayuda a hacer mejor mi trabajo; una especie de amplificador de mi música. La fama es de un color por fuera y de otro por dentro.
¿Se reconoce en medio del éxito que está teniendo su banda?
Cuando tardamos unos segundos en salir al escenario y oímos el lío que hay fuera nos miramos asombrados. A veces, creo que poder llegar a esas personas con una canción es como un regalo divino.
Hablando de canciones, ¿las de Fito & Fitipaldis siempre tienen un destinatario?
Una canción que no tiene algo de verdad no tiene alma. Aunque te cueste mucho admitirlo en público, siempre tienen nombre y apellido. Cuando escribo una letra trato de rescatar vivencias personales.
Pero, por ejemplo, "Antes de que cuente diez" suena a cabreo.
Esa frase no tiene nada que ver con un cabreo (se ríe). Elegir el título de un cd es algo que no me preocupa mucho. Normalmente, espero hasta el final y rebusco entre las letras de las canciones y escojo una frase.
¿Ha sido complicado incorporar nuevas historias a su último cd?
No ha sido especialmente difícil. Me agrada hacerlo y, al igual que mucha gente incorpora frases nuevas cada día a un diario, siempre es un estímulo poder crear música a partir de una experiencia personal. Para hacer una buena canción no hay que hablar de cosas extravagantes ni irse a otra galaxia. No es necesario buscar un gran tema. Cualquier episodio que te ocurra puede ser un motivo para una canción.
¿Con este disco ha buscado una ruptura con "Por la boca muere el pez"?
Uno no busca separarse de lo que ha hecho con anterioridad. Eso es algo que se suele intentar cada vez que planificas un disco, pero que no se consigue nunca. En lo bueno y en lo malo, siempre hay un estilo con el que te reconoces y en el que te reconocen. Para mí un estilo se forma a partir de las limitaciones de cada artista, es decir, yo únicamente puedo llegar hasta donde llego y poco más. ¿Me he liado?
¿Ha roto letras por insatisfacción personal o porque pensó que no llegarían a gustar al público? que no van No todo lo que escribo tiene que estar en un disco, pero esos descartes se hacen porque estás convencido de a ser bien recibidos, nunca por un capricho. Me divierte la composición, pero me estaría engañando si pensara que todo lo que escribo en un papel está obligado a aparecer en un cd.
¿Adolfo "Fito" Cabrales o Fito & Fitipaldis?
Ahora disfruto con el éxito de esta banda, pero cuando has tocado en solitario eres consciente de que tienes mayor libertad de movimientos y de que no debes rendir cuentas a nadie. El riesgo de pertenecer a un grupo está en que un artista puede ser atrapado por el conjunto, pero en mi caso me siento identificado con la sociedad Fito & Fitipaldis. Sea como sea, soy libre porque hoy por hoy no necesito estar vendiendo mi vida ni posando para originar una imagen que nada tiene que ver con la música.
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