sábado, 5 de abril de 2014

DVICIO

DVICIO, del pupitre al escenario

El joven quinteto madrileño firma por Sony Music.

Son jóvenes y tiene buena planta, pero sobre todo son músicos. Andrés, Luis, Nacho, Martín y Alberto son DVICIO, una nueva banda de pop brillante y fresco con un amplio recorrido a pesar de la corta edad de sus componentes. Ninguno de ellos ha cumplido 24, pero llevan desde 2005 dándole a los instrumentos, primero para interpretar versiones por simple diversión y desde 2009 bajo el nombre de Tiempo Límite. Ya como DVICIO, su carrera estará vinculada a partir de ahora a Sony Music.
Todos ellos son de Madrid y cuentan con un notable bagaje musical. Los guitarristas Nacho y Alberto y el batería Luis forjaron su amistad en el colegio desde los 3 años. En el instituto adquirieron sus primeros instrumentos y comenzó una incipiente aventura musical. Fue en las aulas donde conocieron a Andrés (cantante) y a su hermano Martín (bajista). El quinteto estaba formado, aunque el objetivo no pasase entonces de la mera diversión mediante la interpretación de versiones de todo tipo.
Las primeras composiciones llegaron en 2009. Acababa de nacer Tiempo Límite, que grabó sus primeros temas, Detrás de mis miedos y Dueña de mi mente. Después vendrían canciones como Porque la vida se me fue o Balones y Piedras, con la colaboración especial de Fernando Fernández en las letras.
Ya estaban listos para los escenarios –el primero de todos el de Lady Soul–, en los que se rodaron a razón de varias actuaciones al mes durante cuatro meses. En 2011 lograron un lugar de honor en el concurso de la Sala Silikona. Era el primero de los reconocimientos que llegaban a la nueva banda pop, que se completaron con el concurso de maquetas de ABC Punto Radio o con una versión de la canción Titanium que recibió más de 135.000 visitas en YouTube.
Tiempo Límite creció a golpe de ensayos y actuaciones, lo que les sirvió para darse cuenta de que lo que realmente amaban y les unía era la música. Desfilaron por salas como Ritmo y Compás, Silikona, Randall, El Juglar, Guapa, Penélope o la valenciana Bambú. Así fueron desarrollando el estilo que ahora imponen en sus directos. Hijos de una generación ya familiarizada con el pop, crecieron escuchando en el salón de sus casas canciones de Maná, U2 o Dire Straits. Ahí está el germen de lo que ya son, aderezado por preferencias del momento como El Canto del Loco, Pereza o Coldplay.
La nueva etapa del quinteto arranca a inicios de 2012, con la llegada del manager Franklin Rivero. Nuevo equipo, nuevo proyecto, nuevo nombre: DVICIO. También nuevas canciones (Paraíso, El secreto) y nuevo sello, su primer sello: Sony.
El cantante del grupo es Andrés Ceballos (1992. Hijo de brasileña y argentino, se forjó en escuelas de música, conservatorios infantiles y clases de solfeo, hasta que a los 13 años se compró su primera guitarra. Antes de incorporarse a Tiempo Límite, fundó su propia banda con solo 17. En este 2013 se fue durante dos meses de gira con Carlos
Baute como corista por Latinoamérica, una experiencia difícil de olvidar y en la que maduró lo suficiente para liderar DVICIO.
A la batería de la banda está Luis Gonzalvo (1990), nacido en una familia de gran tradición musical inicialmente familiarizado con el saxofón, instrumento con el que se convirtió a los 12 años en el miembro más joven en entrar en la Banda Sinfónica de Estudiantes de la Comunidad de Madrid. Dos años después, participó también como saxofonista en Judas, el musical, una experiencia que confiesa que resultó única. Pero del saxo saltó a la batería, un instrumento que le ha permitido acercarse a sus preferencias: rock, pop, jazz, funk, flamenco y música electrónica.
Como Luis, el guitarrista Nacho Gotor (1990) es otro de los fundadores de Tiempo Límite, el origen de DVICIO. Los discos pop y rock que escuchaba de pequeño en el coche de su padre abonaron su interés por la música. A los 10 años, los Reyes Magos le trajeron su primera guitarra, una eléctrica con amplificador que vendían en un supermercado. Con ella sacó los acordes de aquellas canciones que le ponía su padre y experimentó por primera vez, antes de cumplir los 12, la magia de la interpretación en grupo con Luis a la batería y Alberto a la otra guitarra.
Ese Alberto no es otro que Alberto Missis (1990), hijo de músico que, a través de las seis cuerdas, fue descubriendo las canciones de artistas que ya existían antes de su nacimiento, como Queen, Toto, U2 o Bon Jovi.
Completa la banda Martín Ceballos (1991), hermano del cantante Andrés, un simple –y gran– aficionado a la música que un buen día se decidió a formar parte de ella desde su bajo, su gran pasión.
Gracias al vínculo establecido por DVICIO con su manager, poco a poco la música le ha ido ganando terreno en todos sus miembros a cualquier otra dedicación. Aquel grupo de amigos de la infancia forjado en el instituto se ha convertido en toda una banda lista para triunfar.


 
 

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